(Beirut) – Niños y niñas en Gaza se están muriendo debido a complicaciones relacionadas con el hambre desde que el gobierno de Israel comenzó a utilizar el hambre como arma de guerra, lo cual constituye un crimen de guerra, afirmó hoy Human Rights Watch. Personal médico y familias en Gaza han descrito cómo niños, niñas y madres embarazadas y lactantes, padecen severa desnutrición y deshidratación, en hospitales poco equipados para su atención.
Los gobiernos preocupados deberían imponer sanciones selectivas y suspender las exportaciones de armas para presionar al gobierno israelí a asegurar el acceso a ayuda humanitaria y servicios básicos en Gaza, conforme a las obligaciones internacionales de Israel y a la reciente orden de la Corte Internacional de Justicia en el caso de genocidio de Sudáfrica.
“El uso del hambre como arma de guerra por parte de Israel está siendo fatal para los niños y niñas en Gaza”, dijo Omar Shakir, director de la división de Israel y Palestina de Human Rights Watch. “Es imperativo que Israel cese este crimen de guerra, acabe con este sufrimiento y permita el acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria en toda Gaza”.
Una coalición coordinada por las Naciones Unidas compuesta por 15 organizaciones internacionales y agencias de la ONU que evalúan la crisis de hambre en Gaza reportó el 18 de marzo de 2024 que “todos los indicios muestran una aceleración significativa de la muerte y la desnutrición”. Indicaron que, en el norte de Gaza, donde se estima que el 70 % de la población enfrenta un hambre catastrófica, la hambruna podría desencadenarse en cualquier momento entre mediados de marzo y mayo.
El Ministerio de Salud de Gaza reportó que hasta el 1 de abril, 32 personas, incluyendo 28 niños y niñas, habían muerto por desnutrición y deshidratación en hospitales del norte de Gaza. Save the Children confirmó el 2 de abril la muerte de 27 niños y niñas por hambre y enfermedades. A principios de marzo, funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) encontraron “niños muriendo de hambre” en los hospitales Kamal Adwan y al-Awda, en el norte de Gaza. En el sur de Gaza, donde la ayuda es más accesible pero aún insuficiente, agencias de la ONU informaron a mediados de febrero que el 5 % de los niños y niñas menores de 2 años sufrían de desnutrición aguda.
Human Rights Watch entrevistó en marzo a un médico en el norte de Gaza, a un médico voluntario ya no presente en Gaza, a padres de dos bebés que, según los médicos, fallecieron por complicaciones relacionadas con el hambre, tanto en la madre como en el niño, y a los padres de otros cuatro niños que padecían desnutrición y deshidratación.
Human Rights Watch revisó el certificado de defunción de uno de los menores y fotografías de dos en estado crítico que mostraban signos de adelgazamiento. Todos habían sido atendidos en el hospital Kamal Adwan de Beit Lahia, al norte de Gaza.
Expertos en salud de Human Rights Watch también revisaron fotografías y videos verificados en línea de tres niños claramente demacrados que murieron y otros cuatro en estado crítico que también mostraban signos de emaciación.
Hussam Abu Safiya, director de la unidad de pediatría del hospital Kamal Adwan, dijo a Human Rights Watch el 4 de abril que 26 niños y niñas habían muerto por complicaciones relacionadas con el hambre solo en su hospital. Dijo que al menos 16 de los fallecidos tenían menos de 5 meses, al menos 10 tenían entre 1 y 8 años y que también murió un hombre de 73 años por desnutrición. Siete niños se encontraban en estado crítico.
Safiya dijo que uno de los bebés murió solo dos días después de nacer, gravemente deshidratado, un estado aparentemente agravado por la salud precaria de su madre: “[Ella] no tenía leche para alimentarlo”.
Nour al-Huda, una niña de 11 años con fibrosis quística, ingresó al hospital Kamal Adwan el 15 de marzo. Los médicos le dijeron a su madre que Nour sufría de desnutrición, deshidratación e infección pulmonar, y recibió oxígeno y soluciones salinas. “Nour al-Huda ahora pesa 18 kilogramos”, dijo su madre. “Puedo ver cómo le sobresalen las costillas”.
El derecho internacional humanitario prohíbe utilizar el hambre como método de guerra. El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional establece que privar intencionadamente a la población civil “de los objetos indispensables para su supervivencia, incluido el hecho de obstaculizar intencionalmente los suministros de socorro”, constituye un crimen de guerra.
Desde los ataques del 7 de octubre de 2023 liderados por Hamás, Israel ha bloqueado deliberadamente la entrega de ayuda, alimentos y combustible a Gaza, impidiendo la asistencia humanitaria y privando a la población civil de medios para sobrevivir. Funcionarios israelíes responsables de estas acciones están cometiendo castigos colectivos y matando de hambre a civiles como método de guerra, ambos considerados crímenes de guerra.
Las acciones del gobierno israelí que limitan la capacidad de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) para distribuir ayuda en Gaza han exacerbado los efectos de estas restricciones.
Un médico que trabajó como voluntario en el hospital europeo de Khan Younis, en el sur de Gaza, durante dos semanas a fines de enero, describió cómo el personal médico se veía obligado a tratar a pacientes con suministros muy limitados. Relató la dificultad de tratar la desnutrición y la deshidratación sin elementos esenciales como glucosa, electrolitos y sondas de alimentación. Dijo que la madre de un paciente, desesperada por encontrar soluciones, recurrió a triturar patatas para crear un líquido improvisado para la alimentación por sonda. A pesar de su insuficiencia nutricional, el médico dijo: “Terminé aconsejándoles a mis otros pacientes que buscaran patatas e hicieran lo mismo”.
El 26 de enero, la Corte Internacional de Justicia, en un caso presentado por Sudáfrica, ordenó medidas provisionales, que exigen a Israel “tomar acciones inmediatas y efectivas para permitir la prestación de servicios básicos y ayuda humanitaria urgentemente necesitados” y otras acciones para cumplir con la Convención sobre el Genocidio de 1948. El 28 de marzo, el tribunal señaló que Israel no había cumplido con esta orden e impuso una medida provisional más detallada que exige al gobierno asegurar el suministro sin obstáculos de servicios básicos y ayuda en plena cooperación con la ONU, mientras señalaba que “la hambruna está devastando a Gaza”.
Los gobiernos deberían imponer sanciones selectivas, incluidas prohibiciones de viaje y la congelación de activos, contra funcionarios e individuos responsables de cometer crímenes de guerra mediante castigos colectivos, obstrucción deliberada de la ayuda humanitaria y uso del hambre como arma de guerra.
Varios países han respondido a las restricciones ilegales impuestas por el gobierno israelí lanzando ayuda desde el aire. Estados Unidos también se comprometió a construir un puerto marítimo temporal en Gaza. Sin embargo, grupos de ayuda y funcionarios de la ONU han dicho que estas medidas son insuficientes para prevenir una hambruna. Otro intento de entregar ayuda por mar fue interrumpido después de un ataque israelí contra trabajadores humanitarios el 1 de abril.
El 4 de abril, el gabinete israelí aprobó varias medidas para aumentar el volumen de ayuda que llega a Gaza, aparentemente como resultado de la presión ejercida por el gobierno de Estados Unidos.
“Los gobiernos que están consternados por las acciones del gobierno israelí, que provoca hambruna en la población civil de Gaza, no deberían conformarse con soluciones temporales para esta crisis humanitaria”, dijo Shakir. “El compromiso de Israel de aumentar la ayuda confirma que la presión internacional funciona. Los aliados de Israel, como Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania, deben exigir que se acelere la entrega de ayuda, comenzando por suspender inmediatamente sus transferencias de armas a Israel”.
Hambre en Gaza
Antes de la actual escalada de conflictos, se estimaba que 1,2 millones de los 2,2 millones de habitantes de Gaza enfrentaban una grave inseguridad alimentaria y más del 80 % dependía de la ayuda humanitaria. Israel ejerce un control exhaustivo sobre Gaza, abarcando el movimiento de personas y bienes, las aguas territoriales, el espacio aéreo, la infraestructura de la que depende Gaza y el registro poblacional. Esto ha dejado a los habitantes de Gaza, quienes han estado sujetos a un bloqueo ilegal por más de 16 años, casi totalmente dependientes de Israel para obtener combustible, electricidad, medicinas, alimentos y otros suministros básicos.
No obstante, antes del 7 de octubre, se obtenía una considerable cantidad de asistencia humanitaria. “Antes de esta crisis, había suficientes alimentos en Gaza para alimentar a la población”, indicó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. “La malnutrición era algo raro. Ahora, hay personas que están muriendo y muchas más están enfermas”.
La OMS reportó que el porcentaje de niños y niñas menores de 5 años que sufren desnutrición aguda se incrementó del 0,8 % antes del conflicto en Gaza a entre el 12,4 % y el 16,5 % en el norte de Gaza. El 3 de abril, Oxfam dijo que, desde enero, la población del norte de Gaza ha tenido que subsistir con un promedio de 245 calorías diarias, “menos que una lata de habas”.
Un análisis de vulnerabilidad nutricional realizado en marzo por el Global Nutrition Cluster, una red de organizaciones humanitarias liderada por UNICEF, mostró que el 90 % de los niños y niñas de entre 6 y 23 meses y las mujeres embarazadas y lactantes en toda Gaza enfrentaban una “pobreza alimentaria grave”, consumiendo dos o menos grupos de alimentos al día.
Los niños y niñas con problemas de salud preexistentes son especialmente vulnerables a los efectos devastadores de la desnutrición, que reduce significativamente la inmunidad. El hambre, incluso quienes sobreviven, provoca daños a largo plazo, especialmente en los niños y niñas, incluyendo retrasos en el crecimiento, problemas cognitivos y retrasos en el desarrollo.
El Ministerio de Salud de Gaza anunció el 8 de marzo que unas 60.000 mujeres embarazadas en Gaza padecían desnutrición, deshidratación y carecían de atención médica adecuada. La mala nutrición durante el embarazo perjudica tanto al bebé como a la madre, incrementando el riesgo de abortos espontáneos, muerte fetal, daños al desarrollo del sistema inmunológico, efectos en el crecimiento y mortalidad materna.
Las personas mayores también enfrentan un mayor riesgo de desnutrición, lo que aumenta la mortalidad entre aquellas con enfermedades agudas o crónicas. HelpAge International informó que incluso antes de octubre, el 45 % de las personas mayores en Gaza se acostaban con hambre al menos una vez a la semana, y el 6 % sufría hambre todas las noches.
El impacto del uso del hambre como arma de guerra por parte del gobierno israelí sobre la población de Gaza se ve exacerbado por el colapso casi total del sistema de salud. De los 36 hospitales de Gaza, según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), solo 10 están operativos, y ninguno funciona a plena capacidad, como resultado de ataques reiterados y aparentemente ilegales por parte del ejército israelí contra instalaciones médicas, personal, y transporte, además de severas restricciones en la importación de combustibles y otros insumos esenciales.
Testimonios desde Gaza
El 19 de marzo, Andrea De Domenico, jefe de OCHA en el territorio palestino ocupado, visitó el hospital Kamal Adwan. Durante su visita, señaló que diariamente llegan aproximadamente 15 niñas y niños desnutridos, afectados por la falta de alimentos, agua y saneamiento adecuado. De Domenico describió las difíciles condiciones del hospital, resaltando daños en algunas áreas y la dependencia de un solo generador para su operación.
Human Rights Watch investigó varios casos estremecedores:
- Un residente de Beit Lahia contó que su hijo pequeño, Abdelaziz, falleció pocas horas después de nacer el hospital Kamal Adwan el 24 de febrero. Su madre estaba gravemente desnutrida. El certificado de defunción de Abdelaziz decía que había nacido prematuro. Su padre explicó que Abdelaziz fue conectado a un ventilador debido a problemas respiratorios, pero el aparato dejó de funcionar horas más tarde cuando el hospital se quedó sin combustible. “Abdelaziz murió inmediatamente”, lamentó. También expresó preocupación por su esposa, que sobrevivía a base de legumbres y alimentos enlatados, y enfatizó su lucha constante por acceder a una nutrición adecuada.
- El padre de gemelas recién nacidas relató que una de ellas, Joud, falleció el 2 de marzo en el hospital Kamal Adwan debido a malnutrición, ocho días después de su nacimiento. Antes del nacimiento de las niñas, la familia ya enfrentaba dificultades para alimentarse, subsistiendo solo con pan y sin acceso a carne ni proteínas. Después de que nacieran las gemelas, su madre no pudo producir leche suficiente y la leche comprada en las tiendas era escasa. Describió cómo la condición de Joud empeoró rápidamente, notando que sus “extremidades se enfriaron mucho y su respiración se volvió muy lenta”. Su suegra la llevó al hospital, donde falleció poco después. El padre expresó su preocupación por la salud de la gemela sobreviviente.
- Fadi, una niña de 6 años de al-Nasser, en la ciudad de Gaza, padece fibrosis quística, una enfermedad genética que afecta principalmente los pulmones. Su madre compartió que, debido al bloqueo israelí, enfrentaban dificultades para obtener los medicamentos necesarios y asegurar una dieta adecuada para Fadi. A mediados de enero, su salud se deterioró tanto que dejó de poder caminar, lo que llevó a su hospitalización. “Fadi pesaba 30 kilos antes de la guerra, ahora pesa 12”, detalló su madre. Fadi fue evacuada del hospital Kamal Adwan el 23 de marzo y estaba recibiendo tratamiento en un hospital de El Cairo, según un familiar al 28 de marzo.
- Wissam Hammad, tío de Muhammad, un niño de 5 años con parálisis cerebral, intolerancia a la lactosa y al gluten y que solo puede ingerir alimentos triturados, describió las dificultades para alimentar a su sobrino:
“La mayor parte de su dieta debería ser frutas y verduras, que es lo que le trato de comprar. Pero lo único que consigo son naranjas. El problema es que no puede masticar, así que tenemos que triturar la comida para él. Todo es muy caro”.
- Ahmed Shahin, pediatra, relató que antes de poder salir de Gaza el 16 de noviembre, su hijo Osman, de 14 años con parálisis cerebral y que usa una sonda de alimentación por gastrostomía, había perdido siete kilos desde el inicio del conflicto debido a la falta de acceso a alimentos específicos, como verduras, y a electricidad para procesar sus alimentos.
Obstáculos a la entrega de asistencia humanitaria
Los continuos bombardeos y operaciones terrestres por parte de Israel, junto con la falta de garantías de seguridad, los daños generalizados a la infraestructura y las interrupciones de las comunicaciones, han dificultado enormemente la distribución de la escasa ayuda que llega a Gaza. Las organizaciones humanitarias han reportado que las fuerzas israelíes han atacado sus convoyes de ayuda y a sus trabajadores, e incluso han disparado y bombardeado a personas reunidas para recoger ayuda, causando cientos de muertos y heridos.
Un portavoz del gobierno israelí aseguró el 18 de marzo que la ayuda ingresada a Gaza no enfrentaba obstáculos más allá de las preocupaciones de seguridad. Sin embargo, otros funcionarios han culpado a la ONU por los retrasos en la distribución y han acusado a Hamás de desviar la ayuda o a la policía de Gaza de no asegurar los convoyes. El 29 de marzo, COGAT, el organismo del Ministerio de Defensa de Israel que regula los asuntos civiles en los territorios palestinos, cuestionó un informe humanitario respaldado por la ONU que advertía sobre una hambruna inminente, alegando que “no refleja la situación completa” y negando que el gobierno israelí estuviera deliberadamente matando de hambre a la población civil de Gaza. Human Rights Watch se puso en contacto con COGAT el 2 de abril para solicitar comentarios sobre sus hallazgos, pero no había recibido respuesta al momento de publicar este informe.
Según OCHA, el 8 de abril, solo una de las cuatro misiones de ayuda alimentaria que requieren coordinación en Gaza fue facilitada por las autoridades israelíes en marzo. Desde el 1 de enero, solo nueve envíos de ayuda del Programa Mundial de Alimentos han llegado al norte, siendo el más reciente un convoy de 18 camiones el 17 de marzo. El Programa Mundial de Alimentos indicó que se necesitan al menos 300 camiones diarios solo para el norte.
Estados Unidos ha recurrido al lanzamiento de alimentos desde el aire en Gaza y planea construir un muelle flotante en el mar para facilitar la entrega de ayuda, una medida que ha sido criticada por 26 organizaciones no gubernamentales, incluida Human Rights Watch, calificándola de “arriesgada, costosa e ineficaz”. El coordinador humanitario de la ONU, Jamie McGoldrick, ha enfatizado que el transporte por carretera es la única solución viable para aumentar el flujo de ayuda.
Las restricciones en la entrega de ayuda dificultan especialmente el acceso a alimentos para personas que requieren dietas específicas. Representantes de varias organizaciones humanitarias han mencionado que no habían podido proporcionar alimentos adecuados a niños y niñas con necesidades dietéticas especiales. Un miembro del personal de Palestine Children’s Relief Fund señaló que solo han podido proporcionar fórmula para bebés y no han podido atender las necesidades dietéticas específicas de otros niños y niñas. Medical Aid for Palestine comentó que los alimentos especiales que tenían almacenados se agotaron rápidamente y desde entonces, no han podido encontrar ni proporcionar alimentos especializados a quienes los necesitan:
“La ayuda apenas llega y una cuarta parte de la población corre riesgo de sufrir hambruna. En estas circunstancias, las personas con discapacidad y [las que están en situación de vulnerabilidad] son las que más sufren. Cuando se habla de alimentación, es difícil apoyar a personas que necesitan una dieta específica y asistencia médica”.
Tras un ataque aéreo israelí en el centro de Gaza el 1 de abril de 2024, que alcanzó tres vehículos de la organización internacional de alimentos World Central Kitchen, matando a siete trabajadores humanitarios de varios países, Chipre anunció que los barcos que transportaban alrededor de 240 toneladas de ayuda para Gaza regresarían. World Central Kitchen, Project Hope y ANERA, todos proveedores de ayuda alimentaria, suspendieron sus operaciones en Gaza a raíz del ataque, y los Emiratos Árabes Unidos también suspendieron su participación en un corredor de ayuda marítima.